sábado, 2 de mayo de 2009

Cap 21

Ya era la madrugada, y Rubí aun no había vuelto, y los nervios de Mariana, aumentaban cada vez más.
Bajó a la cocina para tomar algo de café.
Realmente tenia sueño, pero su preocupación no la dejaba dormir, pensó que si tomaba café, las ganas de dormir se irían.
Cuando terminó su café, lo primero que se le ocurrió fue llamar a la gente, a ver si sabia algo de su amiga, empezó por llamar a la residencia de Ben, era martes, así que lo más probable es que estuviesen durmiendo, pero no pensó en eso cuando comenzó a marcar el número.
Atendió Ronny, que estaba despierto jugando videojuegos.
Ronny: ¿Hola?
Mariana: Hola, ¿Quién habla?
Ronny: Habla Ronny… ¿Quién habla?
Mariana: Mariana, eh… ¿Esta Ben?
Ronny: Esta durmiendo, ¿Qué necesitas?
Mariana: Mira, yo soy la mejor amiga de Rubí y necesito saber si ella esta ahí… porque no vino a dormir, y no me aviso nada.
Ronny: Uf… No se, acá no esta. Pero que no se entere Ben… Si no se va a volver loco.
Mariana: Bueno, eh, ya me voy. Gracias.
Ronny: ¿Por qué gracias sino te ayude en nada?
Mariana: Por atenderme a las 2 de la mañana, ¿No te parece motivo suficiente para agradecerte?
Ronny: No, siempre estoy despierto a esta hora.
Mariana: o.o, bueno… hasta… pronto… o.o. – cortó. Que este chico le haya dicho esto fue increíble para ella. En su otra residencia también se quedaba despierta hasta tarde jugando videojuegos, pero en la residencia de Rubí no podía hacer lo mismo, ya que ella se despertaba temprano para ir a clase.
Ella no conocía mucha gente en el campus, así que no sabia a quien mas podía llamar. Decidió llamar a las gemelas Bananos… tal vez ellas la habían secuestrado.
Cuando terminó de marcar, luego de 3 tonos, se oyó la voz fastidiada de Arii.
Arii: ¿Quién es el idiota que llama a las tres de la mañana? – Mariana se dio cuenta de que fue mala idea haberla llamado.
Mariana: Eh… Torpe – fue lo único que le salio, y rápidamente cortó. Creyó que eso que había hecho, fue lo más estupido que jamás podría haber hecho en el mundo.
Pensaba y pensaba que podía hacer, hasta que se dio cuenta que podría llamarla al celular, ¿Por qué no se le había ocurrido antes? La llamo, y luego de marcar, el sonido del celular de Rubí se oía en la casa. Mariana subió a la habitación. Si, el celular de Rubí estaba en su habitación, no se lo había llevado.
Mariana busco en la agenda, algún numero, algún lugar en el que pueda estar, y lo encontró: “Profe Convenor”.
Llamo ahí, tal vez seria una tontería despertar al profesor, era algo obvio que no iba a estar ahí. Cuando estuvo por cortar, escucho una voz.
En la casa del profesor, Rubí estaba durmiendo,
y al escuchar el teléfono, se levanto para atender, ya que Horacio estaba profundamente dormido.
Voz: ¿Hola?
Mariana: Eh… ¿Hola? ¿Profesor? – Sabia que no era el profesor, su voz se oía femenina.
Voz: No, ¿Quién habla?
Mariana: No, no importa… hums… - ese hums, ese hums le sonaba tan familiar a aquella voz anónima. Se animo a preguntar.
Voz: ¿¡Mariana!? ¿¡Eres tú!?
Mariana: ¿¡Rubí!?
Rubí: ¡Si, tonta! ¿Quién mas?
Mariana: No se, podría ser la esposa del profesor, ¡Pero decidme, nena! ¿Qué haces ahí? Se supone que tendrías que haber vuelto hace horas.
Rubí: Si, es que… eh… bueno, mañana te explico, ahora tengo sueño.
Mariana: Pero, ¿Estas bien?
Rubí: Y si, mira, mañana no voy a ir a clase, porque estoy muy cansada y me acosté tarde. Mañana voy directamente a la residencia, y cuando vuelvas de clase te cuento, ¿Si?
Mariana: Bueno… adiós Rubí, que duermas bien.
Rubí: Adiós Mar. – cortó, y se volvió a acostar al lado del profesor.
Horacio: Amor, ¿Quién era?
Rubí: Nadie… equivocado.
Horacio: Bueno, ven, acuéstate.
Rubí: Si, si.
En la residencia, Mariana quedo muy sorprendida, y comenzó a hacerse preguntas,
¿Por qué Rubí dormía en la casa del profesor?, ¿Estaría desnuda cuando le atendió?, ¿En ropa interior?, ¿Habían estado haciendo ñiqui ñiqui?, ¿Habían terminado? Las preguntas terminaron pronto, ya que Mariana, apenas se acostó, se durmió y desvío sus pensamientos a otras cosas.

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